martes, 14 de julio de 2009

Preguntas para pensar lo digital


Por : FRANCIS PISANI
Como muchos, hablo de mundo virtual y mundo físico para distinguir lo que puedo hacer online de lo que puedo hacer en la calle. La distinción supone una oposición. Esos dos mundos están cada vez más interrelacionados. Cuando se navega en la web desde un móvil mientras caminamos, por ejemplo, o cuando se participa con colegas de oficina en una llamada por Skype.
No creo que sean mundos ni que se puedan oponer, aun cuando reconozco siempre la necesidad de distinguirlos. Talvez sea mejor hablar de "capa virtual" y de "capa física", de la vida híbrida que llevamos online y offline. Otra posibilidad sería hablar de "dimensión virtual" y "dimensión física". Es importante dejar de oponerlos porque se penetran cada vez más y porque ganaríamos mucho entendiendo que estamos en ambos a la vez.

¿Comunidad o redes? Me llama muchísimo la atención el uso de la palabra comunidad. Lo veo como un abuso en la mayoría de los casos. La gente que compra un zapato de una marca tiene en común con otros clientes de igual elección el llevar la misma marca de zapatos. No por eso forman una comunidad.

Dicho esto, debemos reconocer que estamos conectados con mucha gente en un número creciente de redes. Establecemos relaciones, tenemos intercambios, algunos puntos en común, pero raramente son "comunidades".

Es importante marcar la diferencia porque el grado de compromiso no es el mismo. Quienes abusan de la palabra comunidad nos quieren engañar sobre la naturaleza de la relación que mantenemos con nuestros pares. En las redes las relaciones son más limitadas en alcance y en duración.

Individuo frente grupo. Nacimos en un mundo en el que buena parte del dinamismo proviene de la tensión entre individuo y grupo. Alternamos entre sociedades y momentos en los cuales uno de los polos sale privilegiado. En algunos casos lo esencial se define por la pertenencia a un grupo, en otros por la oposición del individuo a su comunidad.

Las cosas cambian a medida que estamos conectados más tiempo, desde más lugares y con mayor número de personas. La noción de pertenencia se diluye. La de relaciones toma importancia.

Los grupos cambian (las redes son más importantes), los individuos cambian. Lo más difícil de entender es que cambian también las relaciones entre individuos y grupos. Son más flexibles, más relativas y tenemos un mayor número de ellas con un mayor número de grupos.

Resulta imperativo reconocer que las relaciones entre individuos y grupos cambian porque nos ayudan a entender mejor el componente individual de las redes.

¿Comunicación de masa o conversación? La crisis de los medios de comunicación, su pérdida de influencia, obligan a preguntarse hacia dónde vamos. Ya sabemos que Internet nos ha hecho pasar de un mundo de difusión vertical de la información, según el modelo de "uno a muchos", a un universo de comunicación horizontal según el modelo "de muchos a muchos". Al lado de las noticias que vemos en la tele, escuchamos en la radio o leemos en el periódico, cuentan cada día más las que nos manda la familia y los amigos en Facebook o en Twitter, por ejemplo.

Por eso algunos dicen que el periodismo tiene que dejar de ejercerse como una charla ex cátedra y ser más como la animación de una "conversación".

No es tan sencillo. Twitter, por ejemplo, está dando lugar a una gran discusión para determinar si es un medio de difusión o de conversación, con excelentes argumentos por ambos lados.

Resulta importante saber si estamos pasando de una era de comunicación de masas a otra de conversaciones porque, en el primer caso, basta poner en red lo que se solía hacer antes, mientras que en el segundo hace falta reaprender todo y ocupar nuevos espacios. Es más importante el cambio de era que de tecnología.

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